Y verle tumado debajo de mi, tan mínusculo , tan pequeño, tan niño, tan débil ... Hace que me estremezca . Y él también se estremece .
Una guerra de sentimientos , de caricias , de miradas . Una guerra. La nuestra . Miles de pensamientos se me cruzan en ese instante . ¿ Y si ocurriera? Y si , aunque solo sea un instante , ¿ él sintiera lo mismo que yo ?
Porque, cuando le veo debajo de mi , me veo a mi misma , muerta de miedo .
Pero luego me sonríe y me dice que todo irá bien . Sí, todo irá bien .
Él , que parecía la persona más fuerte del mundo . El más duro . Pero ahí, con la escasa luz que atraviesa la ventana , en esa habitación , con el pelo revuelto , la mirada vidriosa , respiración entrecortada , sé , y estoy segura de ello , que él se siente tan mínusculo y tan pequeñito como yo . O quizás más aún .
Nunca me hubiera imaginado verle de esa manera . Que sus ojos verdes me piden más, y más, hasta tal punto de querer regalarle mi vida entera si hace falta .
Una vida juntos .
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